¡Vivir en una casa cálida en invierno y fresca en verano, ahorrando en la factura de gas y luz, es el deseo de todos!
Para vivir en una casa cálida en invierno y fresca en verano, aquí tienes algunos “antiguos pero siempre valiosos consejos”:
AISLAMIENTO TÉRMICO: Asegúrate de que tu casa esté bien aislada para retener el calor en invierno y mantenerla fresca en verano. Revisa las ventanas y las paredes en busca de posibles grietas o fisuras y sella cualquier apertura. También puedes considerar la instalación de doble acristalamiento en las ventanas en lugar de los vidrios sencillos tradicionales.
CORTINAS Y PERSIANAS: Utiliza cortinas gruesas o persianas para bloquear el calor solar en verano y retener el calor en invierno. Cierra las cortinas durante las horas más calurosas del día para evitar que el calor entre en la casa.
VENTILACIÓN: Asegúrate de tener una buena ventilación en tu casa. Durante el verano, abre las ventanas por la noche para dejar entrar el aire fresco y ciérralas durante el día para mantener la casa fresca. Durante el invierno, asegúrate de que tu casa esté suficientemente ventilada para evitar la acumulación de humedad y condensación.
CONTROL DE LA TEMPERATURA: Utiliza un termostato programable para regular la temperatura de la casa, ahorrando energía y manteniendo el confort deseado. Mantén la temperatura a un nivel cómodo durante el invierno y bájala ligeramente durante la noche o cuando no estés en casa. Durante el verano, sube la temperatura del termostato para reducir el consumo de energía.
CONTROL DE LA HUMEDAD: Controla los niveles de humedad en los ambientes de tu casa. El nivel ideal de humedad en casa debería estar entre el 40% y el 60%. Durante el invierno, puede ser necesario utilizar humidificadores para aumentar la humedad del aire, mientras que durante el verano puede ser necesario utilizar deshumidificadores para reducir la humedad y la sensación de calor.
USO DE VENTILADORES: Durante el verano, utiliza ventiladores para crear una brisa agradable en casa. Coloca los ventiladores de manera estratégica para favorecer el flujo de aire y reducir la sensación de calor.
PANTALLAS SOLARES: Instala pantallas solares en las ventanas expuestas al sol para reducir la entrada de calor. Estas pantallas pueden ser cortinas opacas, persianas o láminas reflectantes.
AISLAMIENTO DE TUBERÍAS: Aísla las tuberías de agua caliente para evitar la pérdida de calor. Esto ayudará a mantener el agua caliente por más tiempo y a reducir el consumo de energía.
USO DE MANTAS Y ALFOMBRAS: Durante el invierno, utiliza mantas y alfombras para añadir calidez a los ambientes. Cubre las superficies frías como los suelos de baldosas o mármol con alfombras para crear una sensación de calidez.
USO DE CUBIERTAS PARA VENTANAS: Utiliza cubiertas para ventanas como persianas, cortinas o contraventanas para bloquear el calor solar en verano y retener el calor en invierno.
Siguiendo estos consejos, podrás vivir en una casa cálida en invierno y fresca en verano, mejorando tu confort y reduciendo el uso de energía.
El estudio de los materiales y la moderna tecnología en construcción han hecho grandes avances en materia de aislamiento térmico de los edificios.
En esta dirección representan una alternativa válida e interesante:
- los revoques termoaislantes (también llamados: revoques térmicos, revoques termoaislantes, termo revoques o revoques de capa delgada),
- el recubrimiento milimétrico en spray de compuestos constituidos por granos de corcho unidos a resinas acrílicas a base de agua,
- los micro-revoques, constituidos por un tapete transpirable pegado y enlucido con un mortero adhesivo térmico
- las pinturas y recubrimientos térmicos a base de microesferas de vidrio huecas.
Aislar con uno de los sistemas descritos arriba permite obtener, además de una casa siempre cálida en invierno y fresca en verano, un ambiente saludable, libre de moho, olores desagradables y problemas de condensación.